No puedo pelear contra nada. 

Si, es que todo se esta tornando muy confuso 

y no estoy siguiendo mis propias reglas. Mi fuerte se volvió mi debilidad,

 el gran espectro de posibilidades que tenía se convirtió en una opcion, que es: o tomarla, o dejarla.

Pero nada me dice que tenga que decidir ahora.

 Con el objetivo en mente, la mirada buscadora y el alma en paz, 

estoy prepara para saborear el gusto que tienen los obstáculos,

 que parecen presentarse con una lentitud confirmada por mi experiencia.

Siempre tan imponente ante mi, resignado a no dejarme nunca. 

La vida torna bosques insípidos, y me es imposible cuidarla completamente. Cuando menos

espero una tormenta aparece, y desordena todo mi ser.

  Y pierdo el control, el poco que tengo. Quisiera encontrar la manera de caminar 

por tus calles, sin esperar que de repente caiga a mi, esas posibilidades se 

acabaron, en algún momento tengo que entenderlo. 

Esta llegando, esta llegando el dolor al corazón, pero ahora no lloro, se 

supongo que la vida trata sobre eso. Pensar en uno mismo, 

aunque sea por un minuto. No cambiaré solo para aparentar estar feliz. 

Ni estando el momento de más éxtasis, ni estando el peor  agujero negro,

 su figura va a salir de la laguna de sentimientos que se creo en mi mente.

Esto se me esta volviendo algo rutinario, como si ya dentro de mi 

hubiese una voz que me dice "Estas perdiendo la mente". 

De todas forma, yo espero ese remedio que me cure, que quite 

de mi memoria las lagrimas que derrame, los pasos que no di, 

las estupideces que cometí, las sonrisas que tuve que haber dado,

 las palabras que  tendría que haber dicho

antes de que 

todo hubiese terminado